viernes, 5 de octubre de 2012

El genio que humanizó la tecnología


Expertos en diseño repasan las aportaciones del fundador de Apple, como la interacción intuitiva

Steve Jobs sostiene el primer ipad durante su presentación en enero de 2010. / REUTERS
Apple, con Steve Jobs al frente, fue el primer fabricante que quitó la disquetera de los ordenadores. Y el primero que los pintó de colores. Muchas de sus innovaciones levantan callos, pero terminan convirtiéndose en estándar, porque la compañía marca tendencia. Su fundador, fallecido hace un año, consta en más de 300 patentes, que van de los años ochenta hasta la actualidad, desde el ordenador al Apple TV.
Más allá de si fue un genio o un tirano, siempre tuvo clara la importancia de un buen diseño. Una máxima que aplicó a sus productos y a sí mismo. Varios expertos en diseño repasan el legado de quien “estuvo en el momento y en el lugar adecuado, con la suficiente visión y habilidad en los negocios para llevar la tecnología a los hogares de forma masiva”, explica Iván Expósito, especialista en diseño de producto en la consultora  Smart Design. 
Jobs “supo conjugar los apectos creativos, tecnológicos y humanos. Supo humanizar la tecnología, que se convierte en inteligente cuando es intuitiva, fácil y atractiva y no al revés, cuando se tiene que aprender”, considera Joan Vinyets, fundador de la consultora de innovación Piece of Pie.
"Nos relacionamos con los objetos tecnológicos de Apple, diseñados bajo la batuta de Jobs, de forma similar a como lo hacemos con los objetos físicos. Por ejemplo, para pasar de página en un iPad es muy similar en un libro", explica Francesc Aragall, presidente de  Design for All.  Esta fundación promueve que entornos, productos y servicios se diseñen pensando en la diversidad humana para que todo el mundo pueda participar en la sociedad de la información. "La interacción intuitiva que impulsó es una de las primeras buenas prácticas de que la máquina se acercara a la forma de actuar de los humanos y no al revés".
Los iMac de 1998, como este en rosa, fueron los primeros ordenadores tras el regreso de jobs a la compañía.
El cofundador de Pixar no era ingeniero ni diseñador. “Tampoco tenía un máster en dirección de empresas. Era el superusuario y el primero que consumía sus propios productos” , considera Germán León, director de Oblong Europe, la compañía que desarrolló la tecnología táctil que aparece en la película de Tom Cruise, Minority report.
Thomas Eriksson, fundador delLaboratorio de Diseño de Estocolmo(Suecia) coincide: “Su contribución fue extraordinaria, porque se centró en la usabilidad de los aparatos. Los diseños de Apple, desde el primer ordenador, fueron únicos, simples, bonitos y fáciles de usar, lo que es todo un mérito porque eran tecnológicamente complejos”.
Walter Isaacson, biógrafo de Jobs, cree que será recordado por conectar el arte con la gran ingeniería. Una apreciación que comparte Tapio Hakanen, responsable de contenido visual y de sonido en Nokia. “El lanzamiento del iPhone fue un hito en la industria del móvil. Y para hacer algo increíble tienes que unir ingeniería y diseño”. El teléfono de Apple no introdujo ninguna tecnología nueva, pero “dio en el clavo con la interfaz de usuario. A la gente le da igual el sistema operativo, lo que le importa es aquello que les permite interactuar”, matiza León.
Caroline Hummels, profesora de Teoría del Diseño de Sistemas Inteligentes en la Universidad de Tecnología de Eindhoven (Holanda) añade: “Puso la calidad sobre la mesa. En los materiales, en la interacción, en el sonido, en la experiencia de compra… Siempre miraba hacia adelante y buscaba la perfección. Las empresas funcionan a corto plazo. Él pensaba más allá”.
Ni la animacion (Pixar) ni la computacion escapan a su influencia. “Y cuando impactas en la manera que la gente tiene de entretenerse, de imaginar, de procesar la información... probablemente también lo haces en otros sectores...”, sostiene Expósito, que lleva desde 1998 en el mundo del diseño, trabajando tanto en pequeños estudios como en grandes multinacionales y, desde hace cinco años en Smart Design. Aragall añade: Jobs ha influido en la implantación de tecnología donde daba miedo. Por ejemplo, en la domótica y en el Internet de las cosas, porquie la gente se atreve a interactuar a distancia con las máquinas. Y se fia de ellas". 
¿Apple seguirá en vanguardia? Los expertos consultados consideran que tiene varios años de margen. Poco más. "Jobs es un producto de su época y en su cabeza siempre había un ordenador. El smartphone y las tabletas lo siguen siendo, aunque él hablase al final de su vida de la era pospecé”, considera Hummels.
Además, dice Vinyets, “hay muchísimas startups con capacidad de transgredir e innovar, dos de las grandes cualidades de Jobs”. Innovaciones que vendrán del “campo de lo social”, según Expósito, “más en sintonía con las necesidades reales de la gente y que no imponen un diálogo y un modelo de innovación tan unidireccional”. Eriksson, en cambio, apuesta por los productores energéticos. “Es el futuro y vendrá de las energías renovables, un universo nuevo a descubrir que en breve traerá excelentes noticias”. Aragall considera que actualmente la innovación está "distribuida. La nueva frontera será cuando los usuarios tengan el poder de crear junto a las empresas. Y en este sentido muchos clientes de Apple ya se sienten copartícipes gracias a la tienda de aplicaciones, pero aún irá a más". 
El diseño tecnológico ya está evolucionando "para salir del ambiente controlado por ordenador hacia un entorno donde el ser humano sea la interfaz", explica León. O sea, dejaremos de hablar de sistemas operativos para referirnos a ambientes inteligentes espaciales, capaces de entender el entorno físico. El primer paso han sido las pantallas táctiles, pero falta integrar el movimiento y el sonido. Otro objetivo de los diseñadores es conseguir que no solo se perciba la tecnología como “eficiente” sino “comprometida y respetuosa” con la transformación social. “Siempre hay una implicación ética cuando creas tecnología, porque no es buena ni mala, pero sin duda tampoco es neutra”, concluye Hummels.

martes, 21 de agosto de 2012

Láser frío podría ayudarnos a detectar inteligencia extraterrestre .

Jason Palmer BBC Ciencia y tecnología
Se le considera una versión de láser, pero opera a temperatura ambiente y la comunidad científica lo conoce como "máser".
Los máser se inventaron antes que el láser, pero en su día las investigaciones se abandonaron, porque para generar estos rayos de luz de microondas se requieren potentes campos electromagnéticos y complejos sistemas de refrigeración.
Pero un reciente artículo de la revista Naturepresentó una versión más simplificada del máser gracias al uso de una materia cristalina.
Este método podría permitir el uso de estos intensos rayos de microondas en distintas aplicaciones, que van desde el diagnóstico médico hasta la astronomía.
Los máser nacieron de una idea planteada por el físico Albert Einstein: que en algunos materiales, la energía podía ser concentrada en un rayo de ondas electromagnéticas oscilando en sincronía.

Hermano mayor del láser

El primer máser, nombre que deriva de la frase "amplificación de microondas mediante emisiones de radiación estimulada", se creó en 1953. Posteriormente, estos rayos se usaron, por ejemplo, en la primera retransmisión de televisión transoceánica.
Pero la ciencia se dedicó más a trabajar en la búsqueda de materiales para amplificar la luz visible que las microondas, lo que llevó a tres investigadores a hacerse con el Premio Nobel de Física en 1964.
Fue así como el láser se volvió omnipresente, su diseño se perfeccionó y proliferaron sus aplicaciones.
Sin embargo, la relativa complejidad de los máser los ha relegado a un nicho reducido de usos.
Los máser todavía se utilizan casi para las mismas cosas que los primeros prototipos: en aplicaciones como relojes atómicos, así como amplificadores de señales leves de comunicación procedentes de sondas espaciales.

La reinvención de los máser

Pero ahora investigadores del Laboratorio Nacional de Física (NPL) del Imperial College de Londres, en Reino Unido, han reinventado el modo en que se producen los máser, proyectándolos en un material llamado p-terphenyl, infiltrado por cadenas de moléculas llamadas pentaceno.

Sistema comunicación NASA
La NASA todavía utiliza los máser para detectar señales de comunciación en el espacio.

Su diseño relativamente nuevo utiliza luz amarilla emitida por un láser actualmente en el mercado para inyectar energía en el material, produciendo así microondas sincronizadas a temperatura ambiente y en aire, sin necesidad de usar potentes imanes o complejos sistemas de refrigeración y aspirado.
Mark Oxborrow, investigador a cargo del proyecto, explicó que el diseño es un "nuevo tipo de aparato electrónico", cuyas aplicaciones podrían, como el láser mismo, ir más allá de lo imaginable cuando se inventó.
La clave del valor de los máser no reside en su habilidad de producir un rayo útil como los láser, sino su capacidad de amplificar de una manera limpia, sin añadir mucho ruido.
Este es el motivo por el que se usa para detectar señales débiles procedentes de misiones en el espacio tan distantes como las sondas Voyager, a miles de millones de kilómetros de distancia.
Las microondas atraviesan muchos materiales que la luz no puede traspasar, como las nubes y la piel, lo que significa que, más allá de las telecomunicaciones y las aplicaciones espaciales, los sistemas con máser podrían mejorar sistemas de diagnóstico así como detectores de explosivos.
"Quizás la aplicación que sería más relevante es la de escáneres corporales más sensibles", le dijo Oxborrow a la BBC. "La sensibilidad importa en los escáneres corporales, porque detectar un tumor que hace metástasis es muy útil".
El investigador dijo que también podría usarse para amplificar señales distantes.
"Vamos a soñar: podríamos hacer telescopios de radio con muy poco ruido, 100 veces más sensitivos que los mejores de hoy en día… Este tipo de máser podría usarse para detectar inteligencia extraterrestre que hasta ahora no ha sido detectada".

miércoles, 4 de julio de 2012

Higgs boson discovery: now the real work begins



Scientists at Cern are confident they have found the 'God particle', but months and years of analysis lie ahead
Higgs boson: Proton-proton collisions as measured by Cern
Proton-proton collisions as measured by the European Organisation for Nuclear Research (Cern) in its search for the Higgs boson particle. Photograph: Fabrice Coffrini/AFP/Getty Images
The search for the arcane, theoretical particle known as the Higgs bosonhas drawn on the world's largest scientific instruments and occupied thousands of researchers over more than two decades. The discovery – or probable discovery – at Cern, the particle physics lab near Geneva, will go down as a triumph of science, engineering and collective hard graft. Now the real work begins.
Months and years of analysis lie ahead to confirm that the particle is the elusive Higgs boson. If so, physicists want to know whether it is the simplest kind of particle put forward in physicists' theories, or something more unusual – and more exciting.
"It's clear there's a great deal more to be done experimentally, even after they announce a discovery," says Steven Weinberg, a professor of physics at the University of Texas at Austin, who won the Nobel prize in 1979 for work that used the maths behind the Higgs theory to show how two forces of nature, the electromagnetic force that carries light, and the weak force, which drives some kinds of radioactive decay, were one in the early universe.
The Higgs boson appears in a theory first fleshed out in 1964 by Peter Higgs at Edinburgh University and five other physicists. Finding the particle proves there is an energy field that fills the vacuum of the observable universe. It plays the crucial role of giving mass to certain subatomic particles that are the building blocks of matter.
The Higgs field is thought to have switched on a trillionth of a second after the big bang that blasted the universe into existence. Without it, or something to do its job, the structure of the cosmos would be radically different than it is today.
The tough job ahead is working out whether the Higgs particle is the simple, singular particle that underpins what physicists call the Standard Model – a set of equations that describe how all the known particles behave – or something more complex.
One possibility is that the particle they have found is one of a larger family of Higgs particles. To find out, they must study in exquisite detail how the particle is made in the LHC and how it disintegrates into other, more familiar particles as soon as it is created. "It will take a lot of time. I don't mean decades, but perhaps years, to verify all the predictions of the Standard Model about how the particle is produced and how it decays," says Weinberg.
The race to discover the Higgs particle has played out on both sides of the Atlantic. In the US, the government-owned Fermilab near Chicago used the giant Tevatron collider to look for the particle. In EuropeCernbegan the hunt in earnest in the 1990s with a predecessor to the Large Hadron Collider. The rivalry has been intense, and for the best part, friendly. On Monday, scientists at the Tevatron, which was shut down by the US government last year, fired a parting shot, releasing a fresh analysis that showed their strongest evidence yet for the Higgs boson. Some scientists saw the move as a spoiler for Cern's announcement. "The timing of the Fermilab announcement was below the belt," says Philip Anderson, a physics Nobel laureate at Princeton University.
The race at Cern now is to collect as much information about the particle as possible before the Large Hadron Collider closes down for about two years at the end of 2012, when engineers are due to carry out repairs to enable the machine to run at its full design energy. Following a helium gas explosion that wrecked part of the collider in 2008, the machine was restricted to running at half energy until the Higgs boson was discovered or comfortably ruled out.
"Seeing something new is really the beginning of this long journey to understand what on Earth it is that you have seen," says Tara Shears, a particle physicist at Liverpool University who works on the LHCb detector at Cern. "It's like turning up to a railway station to pick someone up who you've never met before. You arrive at the station, the train comes in, and there's someone standing on the platform. You're guessing it's them, but you're not going to know until you walk up and check who they are."
Much is riding on what Cern finds, or fails to find. Some physicists fear the laboratory might discover only the simplest form of Higgs particle and nothing more exotic. That would plug a hole in the Standard Model, but give scientists no leads to help them understand other pressing mysteries in nature. What is the invisible dark matter that clings to galaxies and makes up a quarter of the mass of the cosmos? What is dark energy, thought to drive the expansion of the universe? Why are we made of matter instead of antimatter? Why is gravity so weak? The Standard Model has nothing to say on these questions. Physicists have no answers.
"I had a nightmare which is that Cern would discover the Higgs boson and then nothing else. Discovering the Higgs particle, gratifying as it is, does not provide a clue to how to go beyond the Standard Model," says Weinberg. Despite intense efforts, the Large Hadron Collider has not found anything unexpected so far. "I find it a very depressing prospect, the possibility that this may be the last great discovery for many decades," Weinberg added.
Frank Wilczek, a professor at MIT who won the Nobel prize for physics in 2004, is more upbeat about Cern's prospects. "So far, this all fits with the very minimal, economical version of the Standard Model, there's no sign of anything fancy. But there's plenty of room for it, it's unexplored territory."
A family of Higgs particles is predicted by many versions of a theory called supersymmetry, which says that all the known kinds of particles in nature have heavy, invisible twins that have yet to be discovered. So far at the LHC, there is no sign of supersymmetric particles, which have names such as "squarks" and "stops" and "gluinos". One of the great attractions of supersymmetry is that it shows how three of the four forces of nature were one in the early universe and separated later, leaving only gravity unaccounted for. Some particles predicted by supersymmetry are prime candidates to make up dark matter.
The Large Hadron Collider was never just a Higgs-hunting machine. Other research programmes hope to understand dark matter, dark energy, antimatter, and look for extra dimensions for space. Hidden extra dimensions are woven into string theory, an ambitious area of physics that describes particles as tiny vibrating threads of energy.
"There's so much other stuff we really don't understand at all, and in that respect, the LHC is just at the beginning of trying to understand what we don't know in the universe," said Shears. "If the LHC can give us insight into some of these other areas, that will stretch our understanding out far beyond what we know already. And that, ultimately, is what we want to do. We built the LHC to go out there and understand as much of the universe as we can."